Fuera Abajo

Te quiero sacar de mi cabeza.

Te quiero arrancar de mi ser y de mi hacer.

Pienso que te quiero sacar cómo si estuviera podando un gran árbol.

Pero torpe de mí, queriendo arrancarte desde la raíz.

Empecé a leér un manual de como extraer un árbol. Difícil no es pero me cansa no poder sacarte de mi mente cómo si de una curita te tratase, cómo un pedazo de cinta pegada en mi piel fueras.

Es ingenuo pensar que puedo olvidarte y superarte sin sentir la soledad, el dolor de ya no estar.

Leyendo el manual veo que dice, algo obvio.

"Empezar por las ramas. Si su árbol cuenta con ramas secas empezar por esas. Luego proseguir por las cortas y las largas".

Las ramas secas no fueron difícil de extraer, fue borrar tus abrazos y tus te amos de mi día a día.

Los reemplace con noches de cerveza o de caminar sola a altas horas de la noche. Porque para superar tenemos que reemplazar ¿No?

¿Estaré podando bien? ¿Cómo se poda bien?

Me falta el aire, agotada de sacar rama por rama. Miro ese árbol. Y lloró.

Lloró hasta inundarlo, lloró hasta que mis ojos no quieran seguir llorando.

Me queda un montón de árbol por sacar.

A veces pienso que ese árbol me traiciona porque yo le saco ramas pero florecen nuevas, aunque ya se encuentran muertas ¿Será posible que tu desamor compite con mi ilusión? 

¿Será posible que sigo soñando un futuro con vos?

Sigo llorando pero está vez no me freno, la ira me consume y arranco cada vez más ramas.

Me lastiman la cara, me lastiman los brazos, siento que sangro.

Me detengo en seco al verte pasar.

Me sonríes, como si fuese la primera vez, como si fuese la última.

Está vez ya no decís nada y me dejas un hacha.

Aun me faltaban ramas por sacar, pensaba yo. Hasta que ví ese árbol que tanto dolor me estaba trayendo.

Solo queda su tronco y raíz.

Lo empiezo a talar.

Pesa el hacha del dolor.

Se escucha como ese arbol que era inmenso y pensaba que nunca se iba a caer empieza a descender. 

Ilusa de mi parte, pensando que aun estabas.

Grité ''¡Fuera abajo!''

El árbol se desplamo pero vos ya no estabas para verlo abajo, ni siquiera para detener su caida.

Lloré de nuevo.

Costo mucho sacarlo.

Pero cuando lo ví caer el tiempo se detuvo o eso quise que pasará.

Quise que vos aparecieras, lo intentaras volver a plantar.

Pero el arbol simplemente cayó y vos no estabas.

Sono fuerte esa caida, si hubiera tenido las ramas rompia varios cables.

Me seque las lagrimas y me acorde.

Aun falta sacar la raíz.