Sociedad

Varones abusados: ¿5ta Ola del Feminismo?

Varones abusados: ¿5ta Ola del Feminismo?

Jay Mammon, Marcelo Corazza, Guido Suller fueron algunos de los nombres que se repitieron en los medios en los últimos días debido a las denuncias que recibieron, y la lista seguirá creciendo a medida que los pibes se animen a hablar. Porque sabemos que hay una realidad que todavía no termina de salir a la luz. Sabemos que los abusos entre varones suceden pero todavía cuesta hablar del tema.

¿Se acuerdan del movimiento #MeToo? Aquel destape de olla de denuncias en el ambiente artístico de Hollywood, donde se rompió la fantasía del éxito asociada a la fama y se revelaron los manejos abusivos de parte de magnates de la industria para con actrices, productoras y personas del ambiente.

 ¿O de la ola de escraches del 2018? Cuando a partir de la denuncia a Cristian Aldana, cantante de “El otro yo”, empezaron a cuestionarse los vínculos entre las grupis y los músicos, y salieron a la luz cantidad de abusos a pibas, al punto de que se crearon blogs anónimos donde se colgaban los testimonios y hasta una página llamada “Tu ídolo es un forro” (http://tuidoloesunforro.com.ar/) como una especie de archivo de abusadores famosos.

Bueno, para sorpresa de nadie resulta que las minas no somos las únicas abusadas en este mundo perverso, llegó el momento en que los varones empezaron a hablar, denunciar y revelar cómo también ellos son víctimas de un sistema que encubre, protege y resguarda un status quo que naturaliza los abusos en la infancia y adolescencia.

 

Todos los casos que están en el centro mediático estos días revelan un modus operandi. Chicos con historias de vulnerabilidad, con ganas de triunfar o que se les abran las puertas de una industria que está manejada por la misma gente desde siempre, y señores que ya tienen ese lugar y usan su poder para sus intereses. Muy parecido al caso de los pibes de las inferiores de Independiente que siguen esperando la fecha de juicio hace 5 años, mientras los implicados siguen libres. 

¿Pero por qué es ahora que empiezan a salir a la luz estas denuncias?

Una de las conquistas del movimiento feminista mundial es la construcción y validez de una narrativa propia, es decir, que las mujeres e identidades lgbtiq+ puedan tomar las riendas de sus propios relatos. Ya que a lo largo de la historia fueron construidas como "lo otro", descriptas y definidas a partir de la mirada masculina. Poder entender que el criterio propio es válido, y que somos sujetas de derecho es gracias a la inmensa lucha por los derechos humanos que encarna el feminismo. 

Es muy común en las personas que han sufrido abusos, una manipulación de esos hechos para no categorizarlos como tales, incluso llegando a generar dudas, de si realmente fue así, si no hubo incentivo por parte de la víctima o si no lo merecía, o se lo buscaba. En especial si es en la infancia o adolescencia, cuando el criterio propio aún está en formación y es muy díficil desconfiar de los adultos que se supone deben protegerte, cuidarte y resguardarte de peligros. 

Indignación por un video del Dalai Lama besando a un niño - Tu Noticia

Es por eso que ante una situación de abuso lo primero que hacemos es dudar de nuestro criterio. Y si las condiciones de vulnerabilidad están dadas, como es el caso de Lucas Benvenuto por ejemplo, uno es muy susceptible a confiar en personas que prometen mejorar la situación, ofreciendo oportunidades, dinero o el fin de los problemas, pero esconden otras intenciones. Si no es a partir de amenazas, recompensas o pactos de silencio.

Hablar cuesta, pero es el primer paso para la construcción de otra realidad. Por eso cuando uno habla, los demás se sienten acompañados, porque una de las primeras cosas que sienten las personas abusadas es que están solas, que nadie va a creerles o que las cosas no fueron "tan así". Eso también es parte del relato que compramos.

Cuando se descubre que no estás solo, se habilita a abrir esa puerta y se pone en la mesa una problemática que poco tiene de íntima y personal, sino más bien política y social.  Si el 80% de los abusos ocurren en las casas y son cometidos por familiares y personas cercanas, si son muchas las personas que sufrieron abusos en la infancia y adolescencia, si hay encubrimiento, si hay complicidad, si se repite en diferentes ámbitos con personas distintas, entonces estamos hablando de un sistema. No de casos aislados. 

Estamos hablando de una manera de vincularnos en donde es fácil abusar, incluso los que lo hacen lo niegan, no se dan cuenta o se victimizan. Lo quieren categorizar como un chiste o una broma para minimizalo. No tenemos culpables. No tenemos reflexión al respecto. No tenemos justicia. Se termina convirtiendo en una batalla por ver quién miente y quién dice la verdad. Si le creemos a uno u a otro. 

Rita Segato es una de las teóricas contemporáneas del feminismo que interrogó a violadores en las cárceles de Brasil y publicó su trabajo en un libro que se titula “Las estructuras elementales de la violencia”, donde revela que los agresores no dan cuenta de sus actos, sino que encuentran justificaciones, a pesar de tener una condena. 

¿Qué hacer con los abusadores?

 Es algo que los feminismos nos venimos preguntando hace tiempo. Sabemos que el punitivismo no es la respuesta, y que además conseguir condenas con un poder judicial machista e ignorante es muy difícil. Los escraches pueden ser liberadores y funcionar como advertencia, pero tampoco resuelven la cuestión de fondo ¿Entonces qué hacemos?

Las estadísticas revelan que entre el 70% y 80% de les niñes de entre 12 y 14 años se dan cuenta de que fueron abusados luego de haber recibido la información que brindan las clases de Educación Sexual Integral. Hablar de consentimiento, de límites, del cuerpo propio y ajeno nos puede advertir de situaciones que siguen sucediendo y no nos damos cuenta. Y el primer paso es hablar.

Llegó el momento de los pibes. Esta revolución también es suya. 

Derribar sus propios prejuicios, mitos y fantasmas en torno a lo que se espera de ellos. Admitirse vulnerables, sensibles y humanos. Ellos también necesitan que el feminismo los abrace. Para poder discutir la forma de justicia que tenemos que construir, porque no está dada.

 

⚠ Cualquier persona que sea víctima o tenga conocimiento de una situación de violencia familiar o sexual puede comunicarse las 24 horas, los 365 días del año, desde todo el país y de manera gratuita a la línea 137 o enviar un mensaje de WhatsApp al 11-3133-1000.