Política

No te lo decimos más

Son días agitados en la actualidad política de nuestro país, alerta y movilización, represión en CABA, internas política

No te lo decimos más

El sábado por la tarde la convocatoria era en Parque Lezama y en todas las plazas del país. La consigna era: "todxs con Cristina". Pero una decisión apresurada del Jefe de Gobierno Porteño, Horacio Rodríguez Larreta impulsó un cambio de planes. El malón de autoconvocades se concentró en la esquina de Juncal y Uruguay, donde la policía de la ciudad había colocado vallas para sitiar la casa de la vicepresidenta. Ahí comenzó la batalla por el relato.

Vecines registraron el momento en donde dos bolquetes repletos de escombros eran dejados a unas cuadras de la concentración en apoyo a la ex presidenta. Los uniformados, con sus escudos y macanas rodeaban las cuadras cercanas al domicilio donde familias, jóvenes, ancianes y por supuesto, militantes, se acercaban a manifestar su apoyo a la figura política de más relevancia de los últimos años. 

Yo también estuve ahí, tenía que hacer tiempo en la capital y me dí una vuelta. Unas cuadras antes de la intersección con Juncal, sobre Paraná estaba cortado el tránsito. A medida que te acercabas a la casa de Cristina el humo de las parrillas se sentía en el aire y el cancionero peronista era un soundtrack que me obligó a sacarme los auriculares y escuchar al pueblo. "Che gorila, che gorila, no te lo decimos más, si la tocan a Cristina, que quilombo se va armar", era el hitazo del momento, aunque también por momentos se escuchaba "tomala vos, damela a mí, el que no salta, es de Clarín", acompañado por redoblantes y trompetas que se sentían doblando la esquina, donde no llegué porque la cantidad de gente era tal que no me permitía avanzar. Asi que me dispuse a observar y buscar famoses (porque siempre chismosa). La señal era pésima y los mensajes con mi familia que estaba en la otra esquina eran de advertencia, "acá están reprimiendo", mejor me quedo donde estoy que está tranquilo. Y llegaron más mensajes de advertencia "cuidate", "en la tele ví que se pudrió, dónde estás", "si necesitás algo avisame". La tensión era por la presencia de la policía, ¿no debería ser al revés?

Casi tengo un ataque de pánico, pero recordé que esto es Argentina, y que a la gente sólo la ayuda la gente, y estaba rodeada de personas con carteles de amor, nos cuidamos entre todes. Pensé en cómo la violencia institucional podía opacar la alegría con la que las canciones invadían el barrio paquete de la Recoleta, pensé en la construcción de ese relato, del temor a la manifestación, a la protesta, a defender la democracia. Porque al fin y al cabo es eso.

¿Qué pasa con la justicia cuando la personifican personas que responden a intereses individuales y no colectivos? ¿Qué pasa con las instituciones de la democracia si dejamos que un grupo de señores decidan cómo funcionan según su capricho? Si a ese partido de fúlbol donde se discute el futuro del país no nos van a invitar nunca. ¿Dónde quedó el honor y el prestigio? 

El motivo de todo este revuelo es la falta de seriedad en el poder judicial, no sólo por las irregularidades escandalosas del caso, sino por la gravedad institucional que esto revela. 

Es por eso que dirigentes de todo el arco político manifestaron su preocupación, desde Myriam Bregman del Frente de Izquierda a Miguel Angel Pichetto, quien acompañó en la fórmula a Mauricio Macri en el 2019. 

Estamos frente al límite histórico del mito de la imparcialidad en la justicia. Es momento de pensar nuevas maneras de control ciudadano de este poder, en donde todavía la democracia no ha penetrado. 

A ver quién es más amigo de  la yuta

Por estos días la oposición busca sacar algún rédito político de toda esta situación. No es casualidad que después de la represión ejercida por la policía de la ciudad, el Jefe de Gobierno porteño, salga con un comunicado justificando ese accionar. Se apunta a capturar al votante que todavía considera el odio y la violencia como herramienta de orden social. Sin perder de vista la construcción narrativa que se hace desde los medios comerciales y masivos sobre las personas que deciden movilizarse, la militancia, los "choriplaneros", "negros", y demás calificativos que se utilizan para generar la construcción de lo que López Murphy calificó como "nosotros o ellos". La histórica grieta entre "lo popular" y "la oligarquía". 

La tensión viene de cara al 2023, tanto Larreta como Patricia Bullrich intentan posicionarse como líderes de esa oposición al kirchnerismo. Dentro de Juntos por el Cambio, Larreta tiene un perfil más "moderado" que Bullrich, quien se ha acercado incluso al personaje mediático que se instaló a base de discursos de odio, el hoy diputado, Javier Milei. Que dejaremos el análisis para otra edición. La cuestión es que empezó la batalla por ver quién es más "amigo de la yuta" y en esa están. Porque, según las últimas elecciones, en CABA, lo que mide son esas posturas de exclusión, intolerancia y violencia. Hermoso lugar para vivir. 

El tiro por la culata

El peronismo, por su parte, también se encuentra en momentos de tensión. La interna dentro del Frente de Todxs fue una novela que seguimos desde antes de la renuncia de Guzmán. Pero la arbitrariedad con la que se manejaron los procesos judiciales que acusan a Cristina Fernández de ser la jefa de una Asociación Ilícita en una causa que ya se había investigado y que a partir de violaciones a procedimientos judiciales se volvió a poner en foco, hizo que gobernadores justicialistas, la CGT, Juan Grabois, y el presidente Alberto Fernández, olvidaran sus diferencias para defender, en principio, a las instituciones de la democracia, y por defecto a quien es víctima de su mal funcionamiento y persecusión, la vicepresidenta.

Otro día podemos profundizar en esa interna, lo cierto es que sin democracia nada importa, y hoy vivimos momentos de extrema delicadeza en cuanto al Estado de Derecho en nuestro país. Si el objetivo de Javier Iguacel, el denunciante y los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola, era debilitar la figura de CFK volviéndola el foco de distacción para encubrir sus propias irregularidades, lograron consolidarla hacia dentro del peronismo, por lo menos, por ahora. Porque es en ella donde se traslada el capital simbólico de una época en donde la Argentina fue territorio de políticas que priorizaban la soberanía y la redistribución. Y esas políticas son las que atravesaron la subjetividad de todas las vidas que salieron a respaldar a su conductora el sábado y que no se van a ir de la puerta de su casa hasta que se garantice la seriedad institucional que un país necesita.

Nos encontramos a las 19hs por nuestros canales de YouTube para seguir analizando la actualidad política.