Sociedad

Soy masculino ¿Cuál es el problema?

La crisis de la masculinidad

Soy masculino ¿Cuál es el problema?

"Soy un tipo masculino, me gusta la carne, me gusta la mecánica, soy heterosexual, me encantan las mujeres... Cuál es el problema?" Anuncia el vídeo de tik tok que se viralizó del pibe que todavía está aprendiendo a afeitarse pero que los mandatos de masculinidad los tiene como mandamientos.

Él no entiende qué es lo que está mal de todo lo que anuncia. Más adelante en el video habla de sus objetivos, sus metas. Como ir al gimnasio, proveer a su futura esposa y proteger a su familia. Él mismo admite que aún se está preparando para eso, porque nunca es suficiente. Nunca vas a ser suficiente hombre mi amigo, porque tal cosa no existe. Es un *estereotipo*.

Hay muchos problemas con los mandatos de masculinidad. Lo primero es que enfurece a los varones que intentan alcanzarlos porque claramente son imposibles. Como en esas películas de hombres solitarios que buscan venganza y andan solos para todos lados, luchando con los malos y son súper fuertes, duros emocionalmente, insensibles para matar a sus enemigos sin piedad.

Hola, son pelis chicos. Así no es la vida real. No hace falta proveer cuando las mujeres trabajamos, podemos compartir gastos. No hace falta que nos protejan, nos protejemos nosotras mismas o las leyes que conquistamos.

El problema de la masculinidad que defiende este pibe y que seguramente otros anden confundidos por ahí, es que no es para todos. Y sorpresa, los que siguen esos mandatos suelen ser violentos y no es agradable estar con ellos o compartir espacios.

Por eso inventamos lugares seguros, porque los varones masculinos sólo pueden serlo si se diferencian de varones "no masculinos" y no varones.

La crisis de la masculinidad

La masculinidad está en crisis como nunca antes en la historia, bueno salvo en esas épocas previas al nazismo, donde las vivencias queer empezaban a aflorar y explorarse, en conjunto con los estudios sobre los cambios de género, tal como lo vimos en el documental de Netflix "El Doraro".

Nos llevó muchos años volver a salir del closet de la diversidad, y el feminismo fue la lanza que trajo consigo un cambio de paradigma que deja muy mal parados a los "tipos masculinos" aquellos que se enorgullecen de ser "machos", de corresponder con las exigencias de una cultura que los tiene por encima del resto de la sociedad.

Y claro, hay muchos que sólo tienen el poder que el mundo les brinda, porque están muy cómodos. Como esa falsa rebeldía de los años 80' donde varones blancos destrozaban todo en los conciertos de rock sólo porque podían, porque sí. No para protestar, no para defender derechos, no para reclamar sobre injusticias, sólo porque si. ¿Quién pudiera realmente no?

Hay algo muchachos que tienen que entender, son los que mejor la pasan en este mundo, sí. Aunque seas pobre, incluso aunque seas gay. Porque, como bien lo aprendieron mis amigos trolos, saben bien cómo fingir ser paki para sobrevivir.

A las feminidades, cis, trans y no binarias vivir es un desafío cotidiano. Con tu pareja en casa, cuando salís a la calle, cuando buscás trabajo, cuando esperás el bondi. El miedo y la amenaza de vivir en un mundo que no nos pertenece es constante. Eso nunca un varón cis lo va a entender. Y tenemos que convivir con eso.

Porque la falta de empatía es uno de esos mandatos que ellos tanto abrazan, la falta de empatía les permite aplastar las cabezas que sean necesarias para llegar a los lugares donde pueden encarnar el poder.

Masculinidad femenina

¿Cuál es el problema de la masculinidad feminizada por los procesos de luchas por la igualdad de géneros? Para equilibrar las proporciones de un vaso más lleno que otro necesitamos verter el contenido del que tiene más en el que tiene menos, lo que nos brinda una mixtura de ambos líquidos. Lo mismo sucede con la distribución de poder.

Para que no tengamos un mundo manejado por los patriarcas hay que diluir este poder concentrado en varones hetero cis en diferentes corporalidades. Con historias y vivencias diversas. Pero al poder nunca le gusta perder.

Un gran berrinche de los hombres "masculinos" es el tema de los "escraches", o la "cancelación" que significaron los relatos públicos de algunas vivencias femeninas. Los testimonios sobre abusos, acosos, y todo tipo de violencias que ocurren sistemáticamente en los cuerpos feminizados.

Esos testimonios salieron a la luz para ser vistos, creídos, reconocidos y buscar justicia, reparación. Para muchos, tantísimos, diría la mayoría, no hubo consecuencias. Pero hubo casos en donde algo se hizo. No sabemos aún si las decisiones de, por ejemplo, correr a un tipo que fue acusado de acoso de un lugar fue buena idea, pero en algunos casos es lo único que se llegó a hacer, para proteger a la víctima. En otros casos, no se hizo nada y seguimos conviviendo con nuestros abusadores, soportando la impunidad. 

Todavía no podemos aseverar las consecuencias de las decisiones "reparatorias" de estas pequeñas acciones. Pero una de ellas sin dudas es el resentimiento que esto generó en los varones "masculinos".

El miedo que tienen a que de pronto se los acuse de algo que ellos consideran completamente normal como abusar, acosar o violar mujeres. La confusión que presentan porque en su vida se pusieron a pensar en estas cosas que los toma por sorpresa y deben enfrentar una incomodidad que jamás experimentaron.

Vivir incómodos no es para ellos, y el feminismo los incomoda, por eso protestan.

Así como dijo Cacho Castaña en consejo para una chica a la que está siendo penetrada sin su consentimiento, muchachos, relájense y gocen. El feminismo no es un movimiento que pretenda tomar el poder y esclavizar cuerpos masculinos, sino repartirlo para que nadie más tenga que sufrir la tiranía de ningún tipo de ideología que avale la supremacía de un género sobre otro.